sábado

Bienvenida

Dos iris de mar y tierra
abrazan la vida en un latido.
Se estremece, vacilan,
y por fín centellean en un segundo divino.
 
Despierta la brisa y la marejada;
palpita la tierra, y el aire y el agua,
arrastran ternura rasgando el silencio.
 
Amaneciste en la tarde,
pero el cielo está abierto
y rota la noche de piedra.
 
Tienes nieve en las pupilas, ya derretida.
Y el fuego que hiela, y el hielo que quema,
irradian el brillo que nada en tus ojos,
engendrando la esencia de la fuerza y la vida.
Bienvenida al país de los sentimientos.

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