Terminó antes de empezar,
murió antes de nacer
pudo ser algo inmenso, infinito,
pero nunca llegó a florecer.
La Luna quería y el Sol, no.
Dos amantes que nunca se llegan a encontrar,
tan unidos y tan separados, el amor...
Ella le busca a él
dentro del corazón,
y la encuentra...
Lo ama y la odia, a al vez.
Por no quererla,
por no sentir su dolor,
tan profunda.
y lo busca, y lo llama,
y la echa, y la maldice,
pero el siempre vuelve al mismo lugar,
a su corazón.
Ella se muere por él,
pero el no vive par ella.
Tonto juego de palabras
que siempre vuelve a comenzar.
El ama a una estrella,
y la tormenta estalla can furor;
ella, sola quiere olvidarlo,
y su alma se parte en un adiós.
¿Pero, cómo puede despedirse
de algo que siempre vuelve a renacer?
de algo que la ahoga
que la persigue, que la atormenta,
de esa ansia, de ese poder...
y de nueva siente lo mismo
y de nueva quiere y odia otra vez,
como el vértigo de un abismo,
coma el viento al anochecer.
Ella quiere resistirse,
pero es más fuerte él;
y de una suplica se reviste:
"Déjame, déjame,
que lo quiero dejar de querer".
Pera el tormenta no la deja,
y grita y grita sin piedad,
y ella sin poder resistirlo
lanza un suspiro final.
Y se va flotando lentamente,
dejando su cuerpo atrás,
como una nube en el vacío,
como el beso de un cantar.
Y él nunca la ha abandonado,
Está con ella para la eternidad,
dulce pena de un amante,
triste muerte de un amar.
