viernes

Soy el cadáver que sonrie

Ya no siento nada,
porque me quema tanto
que ya no puede doler más.
 
Ya no quedan lágrimas,
las he gastado todas,
en ti...
 
Ya pesa tanto la angustia,
que no camino,
y me rindo.
 
Soy un cadáver que sonríe,
una máscara sin llanto,
una mentira viviente
con el corazón destrozado.
 
La tristeza me mira,
y yo la abrazo,
con el espíritu partido.
 
Lo hiciste:
Tus labios tocaron
el filo del hacha
que me remató
 
Tus ojos buscaron
las llamas malditas
que me abrasaron.
 
Tus manos cogieron
silbantes serpientes
envenenadas. ..
Y pensaste en mi,
como el alce
en hembra de su manada,
sin importarte mi alma,
pisándolo todo.
Pero, ¿sabes?,
en el fondo he ganado la batalla.
Como no se puede matar dos veces
la misma víctima,
ni apagar de nuevo la misma llama,
tampoco podrás herirme tanto dos veces,
porque mayor traición,
ya no me daña.
 

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