Hay una luz invisible, intangible,que me invade,y calma de gozos mi pecho,me llena, me acuna, me mima,y arrastra mi espírituy la clava en el cielo.De tanto contemplarlamis ojos se ciegan,y me pierdo, vacilo,y olvido que existey esta siempre conmigo.Lejos, las sombras, tinieblas,miles de estrellas que buscan fulgor.Sus luces, perdidas, sus pechos, vacíos,ansían un destello, un soplo, un color.Un duende de brisay de alma serena alumbra mi almay me regala esa luz.Sus ojos que brillanirradian belleza,su alma es mi vida,del sueño el glamour.y si tengo la esencia,de la dicha infinita,¿por que siento penaa pesar de la luz?y sé lo injusta,que soy con mi duende,con las tristes estrellas,con mi propia vida,pero el peso de mi sombra,me ahoga, me atormenta,y me siento apagada y confundida.Mi haz luminosoha de ser único.porque albergo el calor,de un solo destello,y nace la angustiaal sentir otra estelaque baña con dichas,y cantos mi cuerpo.La manda un sirvientede la fantasía,un sueño de oro,un mago del sol,su claro reflejo,la faz me ilumina,su mar es el vientosu magia es amor.Pero como dos haces,a un tiempo fundidos,luciendo en mi almano pueden vivir,mi cuerpo se quiebra,partido entre ambos,y al verlos tan fuertes,me siento morir.Y al viento interrogo,¿de cual me alimento?¿cúal es mi destino, cúal es mi misión?¿el duende del alba que me clava en cielo,o el mago poeta que habita en el sol?
viernes
El duende y el mago
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